Instituto Lamar

Somos una ENL que presta un servicio privado, dirigido a personas que presentan conductas adictivas
y enfermedad mental comórbida a la adicción.
Contamos con un equipo de especialistas en adicciones, de amplia trayectoria profesional.
Colaboramos con centros especializados, de reconocido prestigio a nivel nacional, para ofrecer la
mejor respuesta terapéutica, atendiendo a las características de cada persona y de sus familiares, así
como a la gravedad del problema.

Más que tratamiento somos una mano extendida hacia el futuro.

Escucha de primera mano el testimonio de las personas que forman parte de Instituto Lamar. 

Preguntas frecuentes

El tiempo de cada persona es variable y se evalúa de manera continua a lo largo de todo el proceso terapéutico, teniendo en cuenta diferentes factores, tales como: la gravedad del problema, la motivación de cambio, la presencia de un trastorno psiquiátrico asociado a la adicción, el tiempo de abstinencia, los recursos personales para hacer frente al consumo o a la conducta adictiva, el apoyo social y familiar disponible, las dificultades de acceso al mundo laboral, etc. Por regla general, un tratamiento de adicciones debe durar un periodo mínimo de 2 a 5 años para cubrir las cuatro fases necesarias para la superación de la adicción: Desintoxicación, deshabituación, rehabilitación y reinserción social.

El tratamiento ambulatorio consiste en una intervención no residencial, donde el paciente acude todos los días de la semana a terapias grupales, así como a las terapias individuales y familiares que se le planteen. La finalidad es lograr la abstinencia compaginando el tratamiento con la vida laboral y familiar de la persona. Si esta primera opción no fuera viable por la gravedad del problema presentado, se plantearían otras modalidades de tratamiento: Centro de Día o ingreso. En la modalidad de Centro de Día, el paciente viviría en su propia casa, pero durante el día, acudiría al centro de manera más intensiva que en régimen ambulatorio para participar de las diferentes actividades terapéuticas que se desarrollan. La modalidad residencial, en cambio, implicaría internamiento en alguna de nuestras viviendas y el paciente estaría asistido por nuestro equipo terapéutico y monitorizado por terapeutas especializados las 24 horas del día.

Los pacientes deberán traer consigo las siguientes pertenencias:

  • Ropa casual y deportiva.
  • Utensilios de aseo personal y productos de higiene (gel, champú, pasta y cepillo de dientes, esponja, toallas, chanclas de baño, desodorante, peine, …).
  • Tratamiento farmacológico y la pauta médica que así lo justifique.
  • De manera opcional, sábanas y almohada propia. Así como, cualquier objeto de valor sentimental (fotos de la familia, etc).
  • Si el paciente fuma deberá traer sus propios cigarros, al menos para los primeros siete días tras el ingreso en la vivienda. * No está permitido tabaco de liar o entubar.
  • Foto actual
  • Informes de tratamientos previos

Por supuesto, está completamente prohibido entrar drogas o cualquier objeto que pueda utilizarse o recordar el consumo. También está terminantemente prohibido portar cualquier arma u objeto que pueda emplearse de forma violenta como, por ejemplo, cuchillas, un martillo o un bate de béisbol.

Tanto en los tratamientos ambulatorios como residenciales, recomendamos el acompañamiento familiar inicial para poder realizar una evaluación más exhaustiva. La familia siempre será atendida, acogida y acompañada de manera continua en todo el proceso de tratamiento. No obstante, en caso de optar por el ingreso en alguna de nuestras viviendas, la relación familiar inicialmente estará limitada, aunque no ausente. Los profesionales del centro estarán en contacto frecuente con los responsables familiares para informarles de manera cercana y personalizada acerca la evolución del paciente. Transcurridos los primeros días de adaptación a la vivienda, se empieza a tener contacto telefónico, dos veces en semana, con los familiares que hayan sido autorizados en el tratamiento. Asimismo, se contemplan las terapias familiares cada dos semanas.

No. En modalidad residencial, todos los gastos estarán previamente planificados y bajo control, por lo que los pacientes no podrán manejar dinero, excepto una pequeña cantidad semanal, y que deberá ser debidamente justificada en gastos. En caso de estar en tratamiento ambulatorio, aconsejamos que el familiar responsable se haga cargo de la administración y gestión económica del paciente, como medida de prevención de recaídas.

En general, está prohibido cualquier elemento con el que exista comunicación con el exterior, internet incluido, sin la supervisión del equipo del centro. También, para aquellas personas que se encuentran en modalidad ambulatoria. Se pretende que durante un tiempo puedan aislarse temporalmente de los problemas de fuera que sean evitables. Por otro lado, los dispositivos con acceso a internet, pueden distraer del objetivo de tratamiento y alargar el proceso terapéutico o reducir las posibilidades de éxito. Además, internet puede dar acceso a apuestas y pornografía, lo cual puede ser un problema para muchos pac ientes. Por ello, el centro facilita a cada paciente, un teléfono móvil de uso restringido y exclusivo a realizar llamadas a los familiares autorizados y personal profesional, siguiendo unos horarios y cuadrantes específicos.

Sí, tanto a nivel ambulatorio como residencial, aunque el grupo puede ser variable. No obstante, las viviendas no son mixtas, es decir, contamos con viviendas específicas y diferenciadas para hombres y mujeres que presentan problemas de adicción, y aplicamos un tratamiento que incluye la perspectiva de género durante todo el proceso terapéutico y que se ajusta a las necesidades y características particulares de cada persona.

Por supuesto. En los tratamientos ambulatorios, contemplamos intervenciones terapéuticas apostando por su inicio en las etapas más tempranas. En caso de querer optar a las viviendas de tratamiento, y habiendo valorado la gravedad del problema presentado, es requisito imprescindible haber cumplido la mayoría de edad.